miércoles, 27 de junio de 2018

LA HUELLA DE ELEFANTE



Si tuviera que dejar alguna huella en este mundo, no tendría ninguna duda, me gustaría que fuera de elefante; grande y profunda. Que mostrara un camino largo y sosegado; lleno de esperanza y por qué no? algo difícil de seguir.

Tal vez siempre me he sentido un poco elefante en esto de las carreras de trail, por eso llevo en mi espalda la imagen de “Ganesha”, el elefante blanco sagrado. Este animal grande, arrugado y grisáceo, me cautiva porque es símbolo de fuerza, sabiduría y soledad. Resistentes ante la adversidad, en la India  significa “él que abre los caminos y destruye  los obstáculos”.

Desde siempre, mi vida apareció marcada por la adversidad, hasta el punto que más de una vez me han dicho, que “la busco”. Y yo, no lo niego, pero siempre respondo, que tal vez sea mi forma de crecer.  Y claro que no quiero ser "masoca", y recrearme en el lodo, pero prefiero vivir una vida profunda, llena de equivocaciones, luchas y emoción, que sentirme dormida en el desván de las horas muertas, esperando a que me pasen las cosas.

Correr sola en la montaña, me ha ayudado  a saber escucharme, a conectarme a mi misma y aprender  de mis miedos, mis inseguridades y aceptar mis limitaciones. También a forjar  mi capacidad de superación, que me hizo crecer desde bien pequeña, cuando a las 12 años, el traumatólogo me dijo que “era mejor buscar otro  deporte para mi, que tal vez correr no era el más indicado, dada mi constitución”.

Por aquel entonces no había escuelas, ni pistas de atletismo con el equipamiento adecuado, las cosas no eran tan fáciles como ahora. Porque hace 27 años no se corría para  buscar   premios, ni patrocinadores, ni el reconocimiento de unas redes sociales que hoy nos invaden. No tenia grandes marcas, pero a mi lo que me gustaba era sentirme libre,  escapar de mis preocupaciones de una niña de 11 años y  mejorar cada día, porque eso me hacía sentir bien. No era consciente que correr marcaría mi forma de ser para siempre, que me haría disciplinada conmigo misma y  que eso también me ayudaría a conseguir otras metas que me prepusiera. 

Que traería a mi vida momentos muy buenos, pero también otros muy duros, de los que me tendría que sobreponer. Todo para preparar a la persona que hoy soy y poder conseguir el mejor de mis sueños.

Por eso este  12 de mayo cuando disputábamos el Mundial de Trail en Castellón, y la adversidad toco a mi puerta, supe como responder; "ven estoy preparada, llevo toda una vida entrenando  para estar a la altura”, cerré los ojos y despertó ese elefante que llevo dentro.  Encamino los pasos lentos, pero directos hacia la mejor de las metas; SER CAMPEONAS DEL MUNDO.

Entonces la adversidad cobro su sentido y el elefante feliz, descanso en paz.


“El único día fácil fue ayer”, lema de los Navy Seals 



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