MAMUFI es una
maratón de montaña que se caracteriza por un recorrido circular
entorno a una de la montañas más emblemáticas de Alicante; el Puig Campana, la montaña que me ha visto crecer como deportista y como persona desde que mis padres se trasladaron a Finestrat.
Puig Campana es también la montaña de tantos otros corredores de la zona, llena de magia con su
peculiar forma , desborda magnetismo y poderío, así que todos los que la miran y aprecian la naturaleza, se ven atraidos por su predrera y su cima. He
subido miles de veces por ella para confiarle mis secretos; de día, de noche, con frío, con calor y hasta con nieve. Otras veces he
subido triste, pero otras muy feliz, pero lo único cierto es que siempre que he subido he
bajado mejor.
Después de unas semanas duras en las que mi cuerpo no recuperaba bien de mi primera carrera por etapas de Xerta, me enfrentaba a la prueba con problemas de confianza, ya que en los últimos entrenos las sensaciones habían sido bastante malas. Pero gracias a mi entrenador Carlos Martínez que supo detectar a tiempo un estado inicial de anemia pudimos reorientar la semana previa y llegar así en las mejores condiciones posibles a MAMUFI. Descanso, ingesta de hierro y un planteamiento en progresión de la prueba fueron las directrices que me ayudaron.
Esa es la parte rigurosa, la de los libros, pero debo admitir que no menos importante fue el apoyo de la gente que me quiere; mi familia y mis amigos. Aprovechando las fiestas de la primavera en Murcia, el descanso y el tiempo libre me ayudaron a desconcetar y recuperarme mentalmente.
La noche de antes no consigo dormir bien, suelo ponerme más nerviosa cuando corro en casa. Pero a la mañana todo cambia y nada más despertar sólo tengo ganas de correr. La salida en general tranquila, se intuye entre los participantes que todos respetan la dureza de la prueba a la que nos enfrentamos. Los primeros pasos siempre me sirven para regular mis sistemas: la respiración, mi aliento, mi ritmo cardíaco, mis músculos...escuchar a todos ellos los primeros km me parecen muy importantes, por eso suelo ir bastante concentrada. Aunque corriendo en casa es imposible no saludar amigos y compañeros de la montaña. Así que hablo con ellos sin desviar mucho la atención de todas estas sensaciones.
Esa es la parte rigurosa, la de los libros, pero debo admitir que no menos importante fue el apoyo de la gente que me quiere; mi familia y mis amigos. Aprovechando las fiestas de la primavera en Murcia, el descanso y el tiempo libre me ayudaron a desconcetar y recuperarme mentalmente.
Risas el jueves junto a mis dos grandes amigas Belen y Esther |
La noche de antes no consigo dormir bien, suelo ponerme más nerviosa cuando corro en casa. Pero a la mañana todo cambia y nada más despertar sólo tengo ganas de correr. La salida en general tranquila, se intuye entre los participantes que todos respetan la dureza de la prueba a la que nos enfrentamos. Los primeros pasos siempre me sirven para regular mis sistemas: la respiración, mi aliento, mi ritmo cardíaco, mis músculos...escuchar a todos ellos los primeros km me parecen muy importantes, por eso suelo ir bastante concentrada. Aunque corriendo en casa es imposible no saludar amigos y compañeros de la montaña. Así que hablo con ellos sin desviar mucho la atención de todas estas sensaciones.
Una vez pasados los primeros km decido
arriesgar un poco más e ir subiendo progresivamente el ritmo
adaptándolo siempre al terreno. En esta carrera la comida me
preocupa especialmente por la situación que antes comentaba, así
que mimo al detalle la hidratación y la toma de barritas energéticas
justo antes de cada subida.
En general puede decirse que las
primeras sensaciones fueron buenas, pero no es hasta subir la pedrera
del Puig Campana cuando me doy cuenta de que me encuentro bastante bien.
Ya llevamos buena parte del desnivel hecho, el pico que me viene
ahora es bastante asequible pero tengo que guardar fuerzas para la
subida a Sierra Orcheta, que para mí es la más dura y no sólo
porque sea la última subida. Es dura porque sus mil lomas se
vuelven de fuego a esas horas del mediodía.
Por fin me dispongo a subir a por ellas.. -que calor... que largas
que son... Uf¡ si se pudieran correr llegaría antes pero están muy
empinadas-. Siempre que llego a ese punto me acuerdo de “Tatín”,
él es el que las ha puesto en el circuito. Voy quejándome por
dentro, pero me percato de que mi paso es ligero y voy pillando a 3
compañeros. Al llegar a la altura de uno de ellos me reprocha entre
risas “otra vez me adelantas aquí.. el año pasado igual”,
yo me sonrió, no sé qué decir; -“lo siento”-..
continuo un poco más y estoy arriba. La bajada me recuerda que estoy
casi en casa, de hecho veo mi propia casa desde ese punto y me
imagino en la terraza descansando en la hamaca y pienso bueno ya he
disfrutado bastante de mi montaña ”ahora me apetece llegar, así
que vamos para casa”.
La bajada es algo técnica pienso en
concentrarme pero la verdad que como veo a Phillip Morvan otra vez
me pongo a hablar con él. Me acuerdo de que hace poco fue padre, le
pregunto por el niño y como se llama. Phillip sonríe y me dice..-¿no
te lo imaginas? - Contesto -pues no sé, sorprendeme-. Y
él me responde -se llama Killian.-,-¿en serio?-, -enhorabuena,
será un campeón-
Entro ya en la plaza, es un momento de
gran emoción, mis padres y mi hermano estarán esperando junto a
muchos de mis amigos, así que pelos de punta al escuchar a Jaime el
espiquer chillar mi nombre. Cruzar la línea y fundirme con los míos
es el mejor premio que la montaña me da.
Entrada a meta |
Finalmente el podium junto a dos
grandes corredoras; Carmen Martínez de Benidorm y Verena de Yecla. Desde aquí doy la enhorabuena a las dos y mando un especial abrazo para Carmen porque sé que ahora mismo no puede estar entrenando al 100%, sin embargo eso mismo es lo que admiro de ella, el optimismo y naturalidad que le hacen seguir disfrutando de la montaña en cualquier situación.
Carreron y cronicon, si hubiese habido apuestas, tu corriendo en casa, todos apostariamos por ti. Un saludico y ah, las botas estan bien pero el estribillo...bueno hay gustos para todo jejeje, yo soy mas viejuno.
ResponderEliminarPreciosa crónica y de nuevo enhorabuena.
ResponderEliminarEso de ser profeta en su tierra es algo estupendo, no creas que se vé todos los días. Enhorabuena por recuperar a tiempo ese hierro que sin duda da pistas de la pasta con la que estás hecha. A seguir así, y a por la siguiente.
ResponderEliminarHola Teresa! Que gusto da verte después de tantos años aunque sea a través de tu blog, no sabía nada de ti desde la carrera, pero veo que te a muy bien, a ver si coincidimos en alguna carrera, mientras tanto tienes un seguidor más. Un abrazo!!
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