Agosto está resultando ser un mes sin tregua, como diría mi madre -"tranquila, si la casa encima no te va a caer"-, y yo le digo, -"mama.. si me cae algo encima espero que sea una montaña o bueno...mejor una piña que duele menos"-
Así que me hubiera gustado escribir un poco antes sobre el Campeonato de Europa, pero después de 8 días en Italia de competición y vacaciones, la vuelta a casa ha sido un no parar. Lo primero dar las gracias a todos los que me han ayudado a mi recuperación después de la rotura que tuve en el gemelo izquierdo dos meses antes de la carrera. Una semana parada, otra de recuperación activa y 4 semanas a tope para llegar al campeonato. Compañeros de entrenamiento, fisio, y familia. todos ayudaron para que en un mes me encontrara en un estado de forma óptimo para poder disputar la carrera. Así que esta octava plaza en el campeonato de Europa, también es de todos los que me han ayudado.
Sinceramente hubo un momento en el que ni yo misma daba un duro por mi, y solo pensaba en Italia como en unas vacaciones, pero a medida que pasaban las semanas fui ganando confianza y quitando el manto tonto de la presión que muchas veces abraza nuestra conciencia cuando caemos en el error de olvidar que esto sigue siendo un hobby para ser un poquito más felices en nuestro día a día.
Puedo decir que la experiencia ha sido excepcional, por muchos motivos; primero por compartir el viaje con dos grandes amigas; Belén y Esther, segundo por haber superado una etapa de lesiones y enfermedades, y por supuesto por disfrutar de los impresionantes Dolomitas.
Las risas y el compartir con mi compañera de equipo Marta Pats y, Berta, Elena, Lolo y la simpática Patri. Han hecho que el campeonato sea una convivencia para no olvidar.
Después de la prueba aun quedaba mucho viaje, nos trasladamos a la zona d dolomitas que mas interés despertaba en nosotras, Tres cimas de Lavaredo, La Marmolada y el constante sabor de la aventura han marcado un viaje que nunca olvidaremos.
El vídeo...