Han tenido que pasar unas semanas hasta sentarme y organizar todos mis pensamientos respecto a lo que paso en UTMB. Posiblemente porque para mi sigue siendo difícil reconocer un fallo que cometo con frecuencia, saltarme la primera regla que hay que cumplir cuando te enfrentas a un reto de estas características; priorizar la salud. Intento no castigarme porque reconozco que la línea entre el rendimiento y el sobreesfuerzo es muy fina, y a veces no sabes en que lado de la calle estás. Más aún si has puesto toda la carne en el asador y te sientes comprometida con tu trabajo y todo lo que has sacrificado a nivel personal.
Dice mi psicóloga deportiva; Raquel, que el día que no me salte el límite, daré un paso gigante hacia la madurez deportiva, y yo así lo creo. Pero después de tantos años corriendo, creo que voy retrasada en la lección. Y aunque lo tengo muy claro con la gente que entreno, siempre ha sido difícil aplicar lo que sé para mi.
El entrenamiento previo fue igual que otros años, me concentre en el CAR de Sierra Nevada con la ayuda de la FAMU, RFEA y de mis patrocinadores. Las sensaciones fueron muy buenas, venia de dos meses de continuidad ayudada como siempre por el asesoramiento de Borja Rubio y después de recuperar la lesión del mundial, gracias a unas plantillas que solucionaron mis problemas de gemelo en foot & motion (Sergio Guirao) y eso me hacia estar optimista. Además esta vez tenia una visión de la carrera, gracias a la experiencia del año pasado.
Además, contaba con otro gran apoyo, la ayuda de mi nutricionista Ana Mateos (Nusade), mi alimentación estaba más ordenada y encima tenia la suerte de que Ana es una tia encantadora con la que además he entablado una gran amistad.
Tal vez baje algo cansada de sierra nevada y fue entonces cuando un insignificante uñero dio la cara el fin de semana previo a la carrera. Al principio no le di importancia hasta que empezó a dolerme la cabeza de forma continuada. Así que el lunes, justo antes de salir dirección Chamonix, visita obligada al médico y no me quedo otra opción que tomar antibióticos, que intentaría contrarrestar con la ingesta de pro-bioticos. Nadie tiene la culpa de esto, son cosas que pasan, pero lo importante es como se actúa ante esta situación. Trate de quitarle importancia al tema, y decidí contarle al menor número posible de personas lo que me pasaba, porque he aprendido que repetir continuamente que tengo algún problema , me predispone a dar por hecho, cosas que pueden no ser así, los expertos los llaman PNL (programación neurolinguística).
Esos días estuve excesivamente pasiva, David me animaba diciéndome que el cuerpo es sabio y estaba guardando fuerzas para la carrera. Aunque una vocecita en mi interior me decía que los antibióticos darían la cara, pensé que merecía la pena intentarlo.
Llega el día de la carrera hasta las 16 h estoy tumbada en el sofá, veo llover desde la ventana y aun no me creo que vaya a salir a correr 170 km. En un ratito estoy equipándome, en este momento siempre me acuerdo de mi amigo y osteópata Ramón, que me dice "parecéis astronautas con tantas cosas, para correr no hacen falta tantos cacharros" . Ese pensamiento me gusta, porque me relaja y le quita hierro al asunto, al fin y al cabo se trata solo de correr. Todo lo que utilizamos son pequeñas ayudas, pero al final quien esta preparado superará todos, o a casi todos, los imprevistos, que la montaña le ofrezca.
Llego al acceso a la línea de salida y allí me animo más, veo a mi compañero Juanjo Larrotcha y a mi amiga Uxue. Nos refugiamos de la lluvia, nos damos suerte y abrazos. Uxue tiene una atmósfera especial, creo que va a ser su carrera, me alegro por ella, se lo merece y presiento que lo va a conseguir.
Ya estamos en carreras los primeros km una locura como siempre, voy con el grupo de Uxue, Manu Vilaseca, Jo Meek y Yulia ... El ritmo es excesivo y Uxue se gira y nos dice -Van muy fuertes ¿os fiáis de mi? , yo contesto rápido y rotundo -Por supuesto- la experiencia manda .
fotos: David Gutierrez
Decido empezar a conectar conmigo misma, los primeros km hay muchos estímulos externos que me desconcentran, el público, las demás corredoras... Pero lamentablemente cuando decido buscarme, encuentro todas las respuestas a mis preguntas de los últimos días... -No estoy , no tengo fuerza en las subidas...¿dónde estás Tere?
Decido empezar a conectar conmigo misma, los primeros km hay muchos estímulos externos que me desconcentran, el público, las demás corredoras... Pero lamentablemente cuando decido buscarme, encuentro todas las respuestas a mis preguntas de los últimos días... -No estoy , no tengo fuerza en las subidas...¿dónde estás Tere?
Mi grupo se va, me quedo cerca de Juliette que luego quedará en 6 posición, intento no perderla porque es buena rueda, pero parezco sedada y finalmente la dejo marchar. La lluvia no cae sobre mi, la lluvia cae dentro de mi, me erosiona, me desgasta y no me queda otra opción que plantearme qué voy hacer, las cosas no marchan bien y estoy a principio de carrera. Decido llegar a Contamines, allí tomaré decisiones con David, pero mi plan inicial es intentar llegar hasta Courmayeur y allí si no cambian las cosas tendré que desistir en mi intento, así que le digo que se preparé para lo peor y que traiga ropa seca.
Salgo del avituallamiento, sé que desde ese punto hasta Italia, viene la zona en la que peor corro, porque es de noche y porque es una zona algo más técnica y embarrada cuando hay lluvia. Me doy tregua y decido bajar ritmo y no machacarme. Otra vez me encuentro con Manu, me encanta correr con ella porque siempre puedes disfrutar de una sonrisa alegre, de una gesto amable, en definitiva tiene una energía muy positiva.
Justo antes de llegar a Courmayeur he tomado suplementos, que me han hecho encontrarme un poco mejor y eso ha influido en mi ánimo. Me da rabia empezar a pensar que puedo terminar la carrera, porque dentro de mi hay una lucha entre mis dos razones.
David me comenta que sigo más de una hora mejor que mi tiempo del año pasado, que ahora saldrá el sol y empezaré a ir mejor. Finalmente decido salir, no analizo objetivamente la situación, solo me preocupo de que el grupo de chicas con el que he llegado no salga sin mi, me limito a seguir . Pregunto como va mi amiga Uxue y salgo sin pensar.
Desde Courmayeur hasta Champex lac, voy robotizada, y con bastantes altibajos. Las cosas siguen sin funcionar, así que me agarro al momento en el que voy mejor para superar luego el tramo malo. Intento arrancar de mi los pensamientos negativos y poner en marcha todas las estrategias mentales que he trabajado en mi preparación. Es una lucha entre mi motivación que esta por los suelos y mi determinación por llegar..
Cuando llego a Champex Lac, veo que Manu vuelve a tener problemas con la visión, otra vez siento la rabia, porque no se lo merece, pero tengo que seguir con mi carrera, se que tiene una gran asistencia que la ayuda a superar esos malos momentos. Vienen las últimas tres subidas, que para mi son lo más importante, donde realmente se superan las 100 millas. Me consuela el hecho de no tener problemas con la comida, e intento darle mucha importancia a ese hecho para animarme y plantear el último tramo. Vuelvo a sentir algo de felicidad, tal vez termine.
El último tramo me parece el más horribles de toda la carrera, zonas de mala pisada, muy difíciles de correr, y además con barro y anocheciendo. Me tengo que limitar a terminar porque ya estoy aquí y no enfadarme con el terreno.
Lo hago consigo mi meta ya veo Chamonix, pero ¿qué ha sido de mi ? ¿dónde estaba? ni siquiera me siento en meta. David me dice. que he conseguido mantener esa hora ventajas bajar mi marca. Pienso que esta bien, me alegra , pero me enfado por no haber disfrutado más de la carrera, aunque muchas personas pensarían que disfrutar en estas pruebas es de locos, yo sé que se puede hacer, porque lo he hecho, solo que esta vez la partida era otra.
Hoy desde la distancia, reconozco que he quitado hierro al asunto, porque aunque me haya tocado hacer más de un par de visitas al hospital, una rabdiomiliosis, una gripe y una anemia, por la bajada de defensas que acumule. Reconozco que sigo teniendo ganas de volver a ponerme las zapatillas, de aceptar los errores que cometí e intentar aprender de ellos. Pero sobretodo liberarme de la culpa, tal vez estas letras me ayuden
"Siempre que eliges pierdes algo" ¿merece la pena? quizá al final del camino encuentre la respuesta Miriam García
"Siempre que eliges pierdes algo" ¿merece la pena? quizá al final del camino encuentre la respuesta Miriam García